PRAYS (Prays oleae)

person Publicado por: Cooperativa Aceites del Matarraña list En: A.T.R.I.A. (Asociación de Tratamientos Integrados en Agricultura) En: favorite Golpear: 4483

Descripción y estado actual del olivar con respecto al prays. Para el control de esta plaga es fundamental conocer e identificar las distintas fases del insecto.

SITUACION ACTUAL

Tanto el crecimiento de los brotes como el desarrollo de los frutos son fenómenos cíclicos. Ambos se repiten con carácter anual pero los fenómenos que inducen a la frutificación requieren dos estaciones consecutivas. En el primer año tiene lugar la formación de las yemas y su inducción floral. Tras el reposo, en el segundo año, tienen lugar el desarrollo de las flores, la floración y el crecimiento y desarrollo de los frutos que concluye con la maduración. 
Las pluviometrías registradas en marzo (56mm) y abril (13mm) han favorecido el crecimiento de los brotes terminales del olivo que anticipan una buena floración para el año siguiente. En cuanto a la floración de este año, se prevé una cantidad de flores similar a la del año pasado. Una floración lo suficientemente importante como para despreciar el ataque que puede tener el prays sobre la flor. Por lo tanto NO SE RECOMIENDA REALIZAR NINGUN TRATAMIENTO CONTRA PRAYS ANTOFAGA

DESCRIPCION

Este microlepidóptero está distribuido por toda la Cuenca Mediterránea. Su incidencia varía según campañas llegando a menudo a alcanzar niveles que provocan pérdidas considerables. El adulto es una polilla gris plateada de 6 mm de longitud. El huevo es lenticular, de 0,5 mm de diámetro y de un color blanquecino que vira a amarillo al ir a eclosionar. La larva alcanza los 8 mm en máximo desarrollo y presenta una coloración variable con tonalidades claras, marrón y verde. Se transforma en crisálida en el interior de un capullo sedoso y restos vegetales o terrosos, ya sea en la parte aérea o en el suelo, según la generación de que se trate.
Las tres generaciones que se suceden a lo largo de la campaña afectan sucesivamente a la hoja y yemas (generación filófaga), a la flor (antófaga) y al fruto (carpófaga).

•  Generación filófaga: en otoño los adultos depositan sus huevos en las hojas y las larvas nacidas se mantienen durante el invierno en galerías interiores que realizan en las hojas nada más nacer. Al final de esta estación, las larvas cavan galerías y cambian varias veces de hoja. En la última fase de larva ya no caben en el interior de la hoja y se alimentan exteriormente de yemas y hojas. Forman la crisálida generalmente en el envés de las hojas.

•  Generación antófaga: en abril y mayo, los adultos que provienen de la generación anterior depositan los huevos en los botones florales, con marcada preferencia por el cáliz. Las larvas neonatas penetran dentro del botón y se alimentan fundamentalmente de las anteras y el estigma. Esta generación es la de evolución más rápida completándose en un
mes y medio.

•  Generación carpófaga: los adultos de la generación antófaga, que aparecen de mayo a junio, realizan la puesta preferentemente en los restos del cáliz, situados cerca del pedúnculo del fruto. Cuando nacen las larvas perforan directamente el fruto y entran en la almendra antes de que se endurezca el hueso. Se alimentan de la semilla hasta que a mediados de septiembre inician la salida de la aceituna para transformarse en crisálida en el suelo, periodo que dura hasta finales de octubre. Los daños producidos por la generación filófaga son inapreciables, salvo en los casos de plantaciones jóvenes en formación. La generación antófaga produce daños de diversa consideración y difícil cuantificación que dependen del nivel de ataque de la plaga, de la cantidad de flor y el destino de la producción (almazara o mesa).
La generación carpófaga es la que produce los daños más importantes. Produce una primera caída de frutos pequeños que, en aceituna de mesa, suele ser beneficioso al aumentar el calibre de los restantes. El daño más grave se hace patente a partir de septiembre, cuando la larva al salir del fruto hace que este caiga al suelo.
carpofaga

MEDIDAS DE CONTROL

Para el control de esta plaga es fundamental conocer e identificar las distintas fases del insecto. Son características las minas producidas en las hojas, durante la generación filófaga, el agrupamiento de flores mediante sedas, durante la generación antófaga y la presencia de orugas en el interior de los huesos, en la carpófaga.
Existen dos posibles momentos de actuación:
1. En la generación antófaga, si se dan simultáneamente las siguientes circunstancias:
-  Mas de un 5% de inflorescencias atacadas con larvas vivas.
-  Menos de 10 inflorescencias por brote.
-  Menos de 20% de flores fértiles.
La actuación se llevará a cabo cuando se observe un 20% de flores abiertas, pudiendo emplearse materias activas de las familias de organofosforados y piretroides (con limitaciones). También puede emplearse Bacillus thuringiensis, de menor impacto medioambiental. Para mayor detalle se recomienda hablar con el asesor técnico.

2. En la generación carpófaga debe intervenirse si hay más de un 20% de frutos con puestas viables y cuando al menos el 20% de dichos huevos hayan eclosionado. El producto actualmente autorizado es dimetoato, de alto poder penetrante y piretroides. Para mayor detalle se recomienda hablar con el asesor técnico.

Fuente: Producción integrada del olivar. 2011. Junta de Andalucía

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